Armonía fractal en clave de Phi Ф

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Todos los conceptos, todos los idiomas, todas las palabras son insuficientes al momento de explicar la idea del todo unificado que es la creación universal; y no tan solo en cuanto a su conformación física, sino más especialmente por la cualidad vibratoria latente que la origina y se manifiesta en el pensamiento, la conciencia e inteligencia de su propio ser, caracterizado por el amor y la sabiduría, por la energía y el poder, entre los más cercanos aspectos que podemos comprender cuando nos referimos al Uni-Verso que es Dios. Sin embargo, con las herramientas que nos ofrece nuestro intelecto, al meditar sobre la naturaleza de todo lo que existe, alcanzamos a experimentar el sobrecogimiento y la admiración ante su magnificencia y la complejidad que logra a partir de lo más simple.

Antaño filosóficamente y hoy también científicamente, conocemos que el elemento base, la partícula primigenia, no es en realidad una partícula sino que más bien se puede definir como una idea que tiene la capacidad de manifestarse en cualquier forma. Cualquier cosa material e inmaterial en todas las escalas, ya sea microscópica o cosmológica, está compuesta por los mismos elementos que hacen parte del todo, como un océano de vibración inteligente cuyas gotas pueden ora formar parte de la luz, del sonido o el calor, de una emoción, ora también de una nube, de un árbol, de un ave... como parte de un cuerpo celeste o del espacio que los conecta, adaptada en intensidad y frecuencia según su interpretación dentro de una composición particular armónica.

Para que tal infinidad de elementos tengan la facultad de interactuar en perfecto orden y equilibrio para un propósito evolutivo coherente con el todo y a la vez de forma libre e independiente, el universo en su sabiduría ha creado un lenguaje preciso al que se adaptan todos los procesos y componentes en una espiral de fractalidad: Es el lenguaje de Phi φ que se manifiesta en armonía geométrica y matemática de manera formal y funcional en su diversidad estética y lógica, para indicar la pauta de las proporciones apropiadas que deben componer la estructura del mundo. Su propiedad fractal es consecuencia de este mismo orden, puesto que la construcción de un patrón solo puede derivar en la acumulación de una progresión geométrica que cambia de escala pero mantiene su integridad.

La naturaleza es el libro abierto que nos ofrece la información que necesitamos para participar en la construcción del mundo desde nuestra perspectiva humana en simbiosis con ella, como nuestra generadora y benefactora, cuyas leyes no debemos descuidar en tanto nuestro interés sea su preservación y nuestro bienestar. Todo lo que el hombre ha aprendido se lo debe al mundo que habita, que le ha provisto con el conocimiento para encaminar su desarrollo, tanto mejor obtenido cuanto más se ha acercado a imitar sus métodos en los diversos campos de la ciencia, la técnica y el arte.

El artista tiene una participación preponderante en la estructuración de la mentalidad y psicología humanas dado que el lenguaje abstracto del arte influye directamente en el subconsciente, el cual es factor del progreso cultural. El arquitecto además, es el creador del entorno en el que habita el ser humano, por lo que puede decirse que la arquitectura es el espacio artístico funcional en el que se involucran cotidianamente las personas, experimentándola individual o colectivamente tanto en sus características espaciales como temporales, de tal forma que resulta en alto grado responsable del bienestar físico y el equilibrio psicológico social que generan las condiciones para relacionarse en comunidad, de acuerdo con el modelo que presenta el ambiente en el que se vive.

Cuando están en un lugar bien diseñado, las personas en general ni siquiera lo notan, ya que en la comodidad no es frecuente reflexionar sobre las cualidades del espacio y en cambio, la atención se centra en disfrutarlo. Por el contrario, en un espacio deficientemente diseñado, con características evidentemente negativas en cuanto a su conformación, iluminación, color, temperatura, etc, no es posible ignorar cierta incomodidad. La buena arquitectura pasa inadvertida y no es el resultado del ego profesional sino de un legítimo interés por el bienestar de quienes la habitan.

La geometría es herramienta principal en la composición espacial. El uso apropiado de sus proporciones en conjunción con la funcionalidad y el manejo de la técnica, incrementa las probabilidades de obtener un buen diseño. Apreciar las manifestaciones de la Proporción Áurea y la progresión de Fibonacci definida mediante el código Phi φ en las diversas expresiones de la naturaleza para aplicarlas a la creación artística y arquitectónica, será de provecho y sentido común en la obra estética y funcional que alimenta el espíritu.